LA SUERTE QUE TENGO

Llevaba unos meses un poco afectada por algo que en cualquier momento pudiera haber sido una tontería pero que el momento que me di por enterada me sentó como una bofetada cuyo escozor tardó en desaparecer. Después del escozor llegó la decepción y con ello la forma que tengo de autoprotegerme, el alejamiento.

Cuando alguien recibe una crítica tan malévola de alguien al que tienes en un pedestal es algo que no solo duele también hiere. Cuando alguien rompe un pacto no escrito de respeto mutuo, puede conseguir que me entristezca tanto que consiga apagar "algo" dentro de mi empujado por el cariño y la ilusión, mis dos motores en la vida.
No diré nombres, no es irrelevante, lo que si diré es que las críticas provenían de una persona a la que admiro mucho y a la que tenía un gran cariño.

Sé que no tengo cabeza, nunca la tuve y ahora ya con 40 años no creo ya que la tenga el resto de mi vida, por eso intento con sus más o sus menos, cultivar mi corazón.
Mi corazón ha sido la causa de muchas de mis decepciones en la vida, de mucho dolor a veces anestesiado por una capa de positivismo un tanto artificial.

Yo necesito pensar y creer que si una es buena persona y es considerada con los demás consigue el cariño y el respeto que una también procesa.
Cuantas personas dañinas me he encontrado en la vida, cuantas veces me han juzgado sin conocerme ni intentarlo, cuantas veces han intentado que baile al mismo son de la crítica y del desprecio, y cuantas veces lo han conseguido.

Cuantas veces me he levantado y también en cuantas muchas ocasiones me ha costado tanto hacerlo.
No es que en esta ocasión en croncreto me haya afectado de una manera catastrófica. Mi vida ha continuado a nivel personal y privado feliz y radiante. Enamorada de un marido estupendo, con dos hijas que son la alegría y los faros de mi vida, una familia maravillosa, unas amigas que me sujetan cuando me voy a caer y que me quieren a pesar de todo y un trabajo que adoro y del que me siento muy orgullosa. (Pero de esto hablaré otro día, os contaré el placer que siento cuando oigo que el público se ríe.)

Esta vez me he sentido afectada a nivel artístico. No me importa volver a decir y a repetir hasta la saciedad que todo lo que hago lo hago con el corazón. Mi único objetivo y pecado es intentar pasar mi vida haciendo las cosas que me gustan, ni triunfos, ni fama, ni creerme una artista, eso no va conmigo.

Tengo ya 40 años, y no sé cuantos me quedarán sobre esta tierra pero desde luego sé que mi corazón no se para y mi ilusión vuelve a crecer, y que vuelvo a aprender algo, bueno, vuelvo a aprender la misma lección que nos enseña la vida una y otra vez; valorar todo lo bueno que tenemos y como bien dice CHICO Y CHICA en su canción junto a FELIX DANIEL, "Lo que tienes que hacer", "No dejar de hacer las cosas por lo que piensen de nosotros", nadie me va a parar por lo que piensen de mi.

A veces siento que hay gente que me critica y quizás me odia por ser como soy, incluida gente que reivindica respeto y libertad en sus vidas y en sus colectivos, cosa que me sigue alucinando. La intolerancia y el desprecio no están fuera de nuestros cuerpos, están instalados en nuestro cerebro. Digamé usted querida lectora ¿Es usted una intolerante? ¿No cree que además de luchar por la igualdad y respeto en la sociedad tendríamos que luchar también por la igualdad y el respeto dentro de nuestras propias cabezas?

A día de hoy me encuentro fuerte e ilusionada de nuevo, y no sólo por valorar todo lo bueno que tengo en mi vida si no porque me he dado cuenta de que ya he triunfado, ya he llegado a donde quería llegar y aquí es donde me voy a quedar.


Todos necesitamos a gente a nuestro alrededor que se alegre de nuestros triunfos y llore con nuestros fracasos. Yo tengo la suerte de estar rodeada de gente así y ese es el gran éxito de mi vida.




Espero que seáis muy felices y que vuestra vida se llene de respeto y mucho cariño.